jueves, 8 de junio de 2017

"Pídela,juega como si llevaras aquí todo el año"

Hoy quiero compartir un post diferente. No suelo plasmar o publicar sobre experiencias personales pero hoy haré una excepción que se hace necesaria para poneros en situación para hablar de un tema que me parece interesante y útil para los que a veces me leéis.

En estas fechas, aumentan los equipos de base que quieren “probar” jugadores. Pero lo que voy a tratar de explicar sucede también en los principios de temporada.

Ayer acudí  un entrenamiento de este tipo en mi club donde al grupo habitual de infantiles se sumaban jugadores. Mi labor era un poco echar una mano y a la vez aprovechar para verlos. Pues bien, durante una de las tareas propuestas observé como un joven jugador (alevín de segundo año para ser más precisos) teniendo condiciones y cualidades estaba apareciendo poco por llamarlo de alguna manera. El niño era el más pequeño de todo el grupo pero apostaría a decir que de los veintitantos chavales era de los que más fútbol tenía en sus piernas y su cabeza. Era uno de esos que como comento venía a probar.

El niño como digo, “aparecía poco”  y entre tarea y tarea  decidí acercarme y decirle algo tan simple y sencillo a priori como un “Pídela. Juega como si llevaras aquí todo el año”. A veces debemos tener presente lo que es para un niño llegar a jugar (entrenar) a un grupo donde no conoce a nadie ni donde nadie lo conoce. Tampoco sabemos que idea o mensaje trae de casa y qué importancia le da a ese entrenamiento. Con esto quiero decir que estos factores externos o psicológicos  pueden influir mucho en que el niño pueda expresar el fútbol que lleva dentro. Son factores que en cierta medida podemos tratar de controlar o atenuar y al menos facilitar(le) las cosas poniendo de nuestra parte.

En esas situaciones personalmente recomiendo prestar especial atención durante las tareas o partidillos para ver si el niño la pide o esta cohibido y también fijarse en si se la pasan ( Puede suceder que los compañeros no se la pasen por no conocerlo o incluso ver “peligrar” su puesto).

Mi último consejo para evitar estas situaciones y en función de cómo se vaya a desarrollar el entrenamiento o el número de niños que entrenan por primera vez con el grupo valoraría tener alguna pequeña charla individual o grupal con los habituales y explicarles algo tan sencillo como presentar a los jugadores nuevos (sepan su nombre) y que los traten como les gustaría ser tratados si llegan a un equipo en donde no conocen a nadie.

Por último y ya para acabar aunque pueda resultar una evidencia recordar que en algunos casos y en parte por el motivo que acabo de explicar hará falta más de un entrenamiento o un simple partido para valorar el nivel o potencial de un niño (jugador).

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