Me siento a escribir en este caso
partiendo de mi barcelonismo para
plasmar y compartir mi indignación con la situación institucional en estas últimas
semanas del F.C Barcelona con su presidente a la cabeza y que hoy ha vuelto a
dejarnos en evidencia.
Antes he repasado mi artículo del mes de Mayo 2013 "¿A donde nos lleva Rosell?" (podéis acceder pinchando) y lamentablemente me quedaba corto
cuando finalizaba de la siguiente manera “Mi conclusión es que ojalá me
equivoque pero creo que el Barcelona podrá seguir ganando títulos (más bien en
España porque en Europa ya no es superior) pero que ese equipo y que ese modelo
que fue ejemplo para muchos está viviendo sus últimos días”
Desde ese día en lo deportivo y en lo que a títulos se refiere, una Liga ganada por
la inercia de un equipo ganador que empezaba a mostrar síntomas de decadencia y
una Supercopa de España sin lograr imponerse al Atlético Madrid y fruto del
valor doble de los goles en campo contrario.
Podría profundizar más en lo deportivo
pero hoy lo que nos ocupa es la situación institucional de un club que ha
presumido siempre del “Mes que un club” y
que ahora mismo se encuentra imputado por un caso de fraude fiscal y bajo la
prohibición de no poder fichar, situaciones ambas de suma gravedad, situaciones
que son tan solo la punta del iceberg y a las que podríamos sumar
entre otras los bandazos en la dirección deportiva tanto en el campo como en
los despachos, los acuerdos publicitarios o la sospechosa propuesta de remodelación del
Estadi.
Y el día de hoy, otro día más (uno
más) en la oficina de chapuzas de Can Barça, ha finalizado con unas
declaraciones por parte del presidente siguiendo en su línea habitual.
Declaraciones que han vuelto a demostrar que está mejor callado. Declaraciones
en las que en lugar de reconocer los errores y las cosas mal hechas ha dado una
muestra de victimismo exagerada y fuera de lugar mezclando política y esa madriditis que Guardiola había
conseguido nos quitásemos después de tantos años. Hechos que si bien un
aficionado entiendo pudiera tratar de justificar viendo manos negras como él ha
hecho en ningún momento puede hacerlo el presidente. Un presidente que por
cargo es el responsable final no puede tratar de justificarse de esa manera. Menos
aún sin pruebas que lo demuestren y cuando ha sido cómplice y autor de todas
estas fechorías.
Nos encontramos ante hechos que
pueden traer consecuencias aún más graves para el club y en lugar reconocer los
errores que faciliten una solución se hace crecer la bola tratando de cuidar en
primer lugar los intereses personales y olvidado la institución a la que
representa.
Señor Bartomeu, sus decisiones
son tan malas que no habrá nada bueno por lo que recordarle.
Señor Bartomeu lo único que le
podemos agradecer es el haber convocado elecciones de forma anticipada
Váyase ya Señor Bartomeu ¡¡
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